sábado, 11 de octubre de 2014

Una vez más el conflicto entre el PKK e Hizbolá. Una vez más la negligencia de los que desean que “se maten el uno al otro”.

Rusen Cakir, Diario Vatan, 10.10.2014

Hacia finales de septiembre y en los primeros días del asedio de Kobane, en un artículo publicado en esta columna sobre las probabilidades de propagación de la guerra hacia Turquía, había terminado diciendo lo siguiente: “Desde ahora nos estamos informando de que en los barrios periféricos de las metrópolis como Estambul y Adana, los milicianos del PKK están preparándose para actuar contra las personas supuestamente vinculadas con el EI(IL). Paralelamente a la intensificación de la guerra en Kobane, hay que tener en cuenta la probabilidad de que la tensión ya existente entre el EI(IL) y los partidarios del PKK se convierta en un conflicto intenso en las metrópolis y en las provincias kurdas, de modo similar al conflicto existente entre el PKK e Hizbolá a principios de los años 90”.

Al haberse intensificado la guerra en Kobane y al haber sido fuerte la probabilidad de que esta provincia cayera, el movimiento político kurdo hizo un llamamiento a sus partidarios para que salieran a la calle a manifestarse, y todas las partes del país, principalmente las provincias kurdas, fueron escenarios de unas revueltas. He acertado en mis previsiones, pero con una diferencia: Además de surgir conflictos entre el movimiento político kurdo y los grupos supuestamente vinculados de alguna manera con el EI(IL), se reavivó el conflicto entre el PKK e Hizbolá, conflicto que estaba desaparecido desde hace mucho tiempo. Hasta tal punto que se indica que una parte de las personas que fallecieron en los últimos incidentes, que eran más de 30, fueron víctimas de este conflicto.

En la primera chispa

No hace falta detallar aquí el pasado del conflicto entre el PKK e Hizbolá que surgió a principios de los años 90. Se trata de una lucha similar a un “pacto de sangre”. Aunque hubo momentos tensos, ninguna de estas dos partes optó por incluir de nuevo la guerra en su agenda, cada una de ellas por razones distintas. Sin embargo, puesto de que no entablaron tampoco un diálogo durante el tiempo transcurrido, la desconfianza recíproca, la tensión y la hostilidad continuaron existiendo siempre. Finalmente, hemos visto que el conflicto ha empezado de nuevo y violentamente, en la primera chispa que se encendió en Kobane.

No tiene sentido discutir quién tiene razón y quién no. Pero habría que señalar que es sumamente absurdo que este conflicto resurgiera ahora por motivo de Kobane, ya que Hizbolá no tiene ninguna intimidad con el EI(IL). Incluso, se puede decir que existe una situación justamente contraria. Además, sabemos que en los primeros días, los líderes de Hüda-Par visitaron a los refugiados que llegaron a Suruc desde Kobane.

Junto a ello, es cierto que el EI(IL) e Hizbolá provienen, no del mismo barrio, pero sí, de barrios vecinos. Durante los años 80 y especialmente 90, Hizbolá era el centro del radicalismo islamista entre los kurdos. Sin embargo, cierto tiempo después del asesinato de su líder Husein Velioglu,  Hizbolá adoptó una estrategia que preveía priorizar las actividades legales y, paralelamente a ello, moderó su lenguaje. Y evidentemente, ello favoreció, en primer lugar, a Al Qaeda y estos días a organizaciones como el EI(IL). El ejemplo más llamativo de ello fue la detención de Halis Bayancuk, hijo de Haci Bayancuk, uno de los líderes de Hizbolá en prisión, en las operaciones llevadas a cabo contra Al Qaeda. Se dice que el joven Bayancuk, llamado también “Ebu Hanzala”, se posicionó a favor del segundo grupo en la división producida últimamente como Al Qaeda y el EI(IL).

Turquía sería el que perdería realmente

Hay muchas personas que se complacen en ver el resurgimiento del conflicto entre el PKK e Hizbolá y desean que “se maten el uno al otro”. Puede que a primera vista parezca lógica la actitud de estas personas que no están de acuerdo con ninguno de estos dos grupos. Pero habría que recalcar lo siguiente: casi la totalidad de los elementos “profundos” que provocaron los conflictos de los años 90 están ya liquidados, sin embargo, aunque hayan golpeado seriamente uno al otro, tanto el PKK como Hizbolá continuaron con su presencia hasta hoy, además, aún más reforzada.

Es decir, este conflicto puede causar ciertos daños a corto plazo a ambas partes, pero el mayor efecto perjudicial lo causará a todo el país, ya que tensionará aún más el ambiente que ya es tenso. Sin embargo, no pienso que este hecho sea comprendido. Incluso, a pesar de no tener prueba alguna, pienso que ha habido la intervención de los terceros para exacerbar de nuevo los conflictos.

¿Qué puede pasar de aquí en adelante? La impresión que he tenido tras las declaraciones de ayer del co-presidente del HDP Selahattin Demirtas, es que el movimiento político kurdo desea poner fin a este conflicto, probablemente a la luz de las instrucciones dadas por Abdullah Ocalan. No creo que Hizbolá desee tampoco que perdure este conflicto que pondría en peligro lo que se ha adquirido en el área legal. Junto con ello, la paz ya no es posible, pero después de esta etapa, ni siquiera el alto el fuego será una cosa fácil.


Por otro lado, también hay que tener en cuenta que el EI(IL), que cuenta con cierta potencial y organización entre los kurdos, se esforzará para que este conflicto perdure.



No hay comentarios:

Publicar un comentario